El desarrollo del arte durante las primeras décadas del siglo XX se verá influenciado por los cambios operados en el ámbito político, social y económico.
Por un lado se asistirá a fuertes avances en la tecnología, medicina y la ciencia que traen aparejados mejoras en la calidad y condiciones de vida de gran parte de la sociedad. El principal valor será, pues, el de la modernidad, o sustitución de lo viejo y caduco por lo nuevo y original.
Pero también será un tiempo surcado por crisis y guerras de magnitudes nunca antes vistas hasta ese momento. Las tensiones sociales y políticas son graves durante la primera mitad de siglo, y tanto la guerra como el período en entreguerras provocan en los artistas su ira, su frustración ante lo absurdo, su necesidad de expresar la dureza del mundo que están viviendo, distanciándose de los lenguajes y de las formas tradicionales. La guerra afecta directa e indirectamente a los hombres y la presión psicológica y el testimonio de la catástrofe quedan presentes en la obras gráfica de los vanguardistas.
En este marco las expresiones artísticas en los inicios del siglo XX, establecen una fuerte relación con la realidad, en tanto brota de ella, como una forma de catarsis.
Así mismo estudiar el arte del siglo XX supone estar predispuesto a dejarse sorprender y cautivar ante la gran cantidad y variedad de cambios que sacudieron a todo tipo de formas artísticas desde comienzos de la centuria. En efecto, el siglo XX significa una enorme ruptura con las tendencias artísticas que se habían desarrollado en los siglos anteriores. No podía ser de otra manera: la consolidación de la sociedad contemporánea exigía del arte y de los artistas nuevos planteamientos, enfrentarse a nuevos retos, buscar nuevas formas de expresión, recorrer caminos antes desconocidos, y el arte respondió a esas necesidades.
Así, en pintura y partiendo de las innovaciones desarrolladas a finales del siglo anterior, van a desarrollarse casi de manera simultánea diferentes estilos, que conocemos con el nombre de vanguardias o "ismos". En muchos de ellos se busca y se consigue la ruptura con el figurativismo y las tendencias realistas que habían caracterizado al arte de los siglos anteriores. Es más, muchos pintores no se instalaron comodamente en uno de esos nuevos estilos, sino que evolucionaron y siguieron experimentando nuevas formas de expresión.
Ocurre igual en arquitectura. Con el siglo XX se desarrolla el denominado movimiento moderno, que va a suponer un gigantesco cambio no sólo respecto a las formas de construir, sino también en cuanto a la concepción misma de lo que supone un edificio por lo que tiene de relación del ser humano con el espacio. Los arquitectos se preguntan por la función social de su propio trabajo y por la relación de éste con el entorno.
Y, por último, la escultura no se queda atrás en esta tendencia al cambio y a la innovación. Quizás sea en esta forma de expresión plástica donde las novedades son más llamativas, porque hasta fines del siglo XIX la escultura se había mantenido absolutamente fiel a las tendencias realistas y dentro de los cánones del arte figurativo. Ahora veremos, también de la mano de las vanguardias históricas, la aparición y consolidación de nuevas tendencias y la ruptura absoluta con la tradición
Concepto de Vanguardia
El termino Vanguardia, en francés avant garde, posee un origen combativo, y esta vinculado a los enfrentamientos urbanos protagonizados por los parisinos durante la revolución de 1848, donde las guerrillas pugnaban con un poder hegemónico. Así tomando literalmente, el término implica ante todo la idea de lucha, de combate, de pequeño grupo destacado, que avanza, que se sitúa por delante y se enfrenta a lo instituido.
En el ámbito del arte, los distintos movimientos que conformaron las vanguardias, desde planteamientos divergentes, abordan la renovación del arte, desplegando recursos que quiebren o distorsionen los sistemas más aceptados de representación o expresión artística, tanto en teatro, pintura, literatura, cine, música, etc.
Entre las notas distintivas de las vanguardias se pueden destacar
Ruptura con el pasado y la tradición como tal.
La vanguardia no reconoce arte sin acción transformadora.
La vanguardia artística es una búsqueda de renovar, experimentar y/o distorsionar un sistema de representación artístico. Implica innovación, ruptura de preconceptos.
Sin embargo con lo que se tata de romper no es tanto con el pasado inmediato, si no con el pasado como tal, con los valores de la tradición occidental. Todo el lenguaje del pasado en bloque será considerado obsoleto.
Pese a su carácter dramático esta ruptura con el pasado tiene un elemento positivo: su optimismo con respecto a la posibilidad de inaugurar una nueva tradición.
El arte como militancia
La ruptura no se da solo en el plano estético, sino también en el político.
Muchos de los grupos que conformaron la vanguardia tenían claras ideologías y muchos de ellos eran activos militantes políticos. La vinculación del arte con actitudes sociales progresistas, en ocasiones se llevó a la consideración de que la vanguardia más auténtica, era aquella que junto a las innovaciones formales, implicaba una ansia transformadora de la sociedad.
Este tipo de militancia traía a menudo implicado algunas contradicciones, en tanto por definición el artista vanguardista debe estar libre de cualquier tipo de atadura porque eso es lo que le permite estar ala delantera.
Extremismo estético y gusto por lo nuevo
La exigencia revolucionaria de cambio absoluto como principio estético, desemboco muchas veces en el extremismo, ya que las propuestas vanguardistas debían alejarse tanto como les fuera posible de cualquier tipo de arte conocido hasta el momento, corriendo el riesgo constante de ellas mismas transformarse en pasado.
Como arte consagrado y aceptado por el mercado y por el publico, la vanguardia perdió su carácter subversivo de novedad y con ello su principal rasgo vanguardista.
Actividad Programática
La vanguardia plantea un proyecto de acción para concretar sus objetivos revolucionarios, el cual se denomina manifiesto. A menudo los manifiesto constituyen la obra más importante de estos grupos en donde el movimiento consigue articular con mayor coherencia la relación poética/política propuesta.
El lugar del artista.
En las vanguardias se pone de manifiesto una nueva situación del artista en la sociedad, una situación enraizada en la idea romántica del artista como genio incomprendido.
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