El Cubismo
La búsqueda de la cuarta dimensión
“Imaginaos que os entra una gran curiosidad por conocer uno de esos juguetes de cuerda con los que os entreteníais en la infancia. ¿Qué hacéis? Os vais a una mesa y con mucha paciencia vais abriendo el juguete, desmontando sus piezas y poniéndolas encima de la mesa. Quizás ya no podáis volver a armarlo, pero habréis obtenido una visión más completa de cómo eran las entrañas del artefacto que antes de haberlo abierto. Por tanto, habréis analizado el juguete por fuera, por dentro y con detalle, respecto a cada uno de sus elementos compositivos. Ese mismo interés está en la base de la pintura cubista”.
Hasta la aparición del cubismo, el cuadro, la obra pictórica, disponía de dos dimensiones, el largo y el ancho, aportadas por el propio soporte; el pintor añadía una tercera, la profundidad, empleando para ello la perspectiva. El cubismo rompe con esta idea de las tres dimensiones y se lanza a la búsqueda de la cuarta dimensión, la dimensión imposible, aquella que permitiría ver una figura en su globalidad. Para ello, elimina la perspectiva e introduce la multiplicidad de planos, de manera que el espectador tenga varias visiones simultáneas de la figura representada, que a veces puede alcanzar hasta su mismo interior, obligando a nuestro cerebro a esforzarse para comprender cómo está organizada la composición. El cubismo es una titánica reflexión intelectual y visual sobre la forma; mediante un ejercicio intelectual el artista reduce las formas de la naturaleza a pura geometría, presentando simultáneamente al espectador el objeto bajo diversos puntos de vista. Pese al aspecto de algunos cuadros cubistas la forma siempre fue respetada, no cruzando nunca el umbral de lo abstracto.
Los pintores cubistas recurren además a geometrizar la representación, fruto de la descomposición en planos diversos, y por lo general, emplean una paleta de colores apagados, en los que grises, blancos y negros juegan un papel fundamental; nada de los colores vivos del fauvismo.
Por otra parte, los temas suelen tener un carácter tradicional: personajes, naturalezas muertas, algunos paisajes. los elementos que se disponen de modo caótico sobre la mesa de un café. Y, con mucha frecuencia, objetos musicales.
Tradicionalmente se vincula el nacimiento del cubismo con la obra de Pablo Picasso, "las señoritas de Avinyó" realizada en 1907, pero haríamos mal en relacionar esta vanguardia artística únicamente con Picasso. Por la misma época también está experimentando en una dirección próxima al cubismo el artista Georges Braque (1882-1963).
Picasso abordó la forma cubista en términos tridimensionales, partiendo de la escultura africana e ibérica, mientras que Braque por su parte le aportó un enfoque más poético, creando para el cubismo un nuevo concepto del espacio pictórico en el que las figuras de Picasso fueron el complemento perfecto.
El cubismo de Braque y Picasso se desarrollará en paralelo hasta la guerra de 1914, ambos tratando de mantener el equilibrio entre figuración y abstracción aunque sus procedimientos y procesos de creación fueron distintos.
Se pueden distinguir diversas fases en el desarrollo del cubismo. Después del momento inicial, hacia 1910-1911 se define el llamado cubismo analítico, el más críptico de todos, donde forma y fondo se entremezclan, se confunden. Es este período el sujeto del cuadro se estructura geométricamente, el problema de la modulación se resuelve más que con el color, con la luz y la sombra.
Le sigue el cubismo sintético (a partir de finales de 1910), en el que se hacen predominantes algunos elementos utilizados en el período anterior como los instrumentos musicales, los trozos de texto o palabras, texturas de madera y, en general, se desarrolla el collage como técnica pictórica totalmente nueva. Picasso es el inventor del collage (incorporación a la superficie del cuadro de materiales no pictóricos, recogidos del entorno cotidiano) y Braque del papier collé (aplicación de tiras de papel a la superficie de la pintura). En este periodo el objeto ya no "...aparece desmembrado en el cubismo sintético, sino reconstituido en su fisonomía esencial...", con todas o algunas de sus partes vistas por todos sus lados.
El comienzo de la Primera Guerra Mundial fracciona el cubismo, que seguirá subsistiendo en experiencias como el purismo, la Section d'Or o el constructivismo ruso. El cubismo de este período, también denominado clásico, aunque fue antinaturalista, siempre fue figurativo con intenciones realistas. Esto se comprueba por la propia iconografía que quedó establecida desde el principio y que nunca se modificó Después de la guerra, Braque desarrolló una iconografía personal, de exquisito buen gusto que hizo que fuera llamado pintor entre los pintores. La evolución de Picasso después de la guerra es más diversificada, pasando por los períodos rococó y neoclásico, sólo retomando el cubismo en los bodegones de 1924.
La búsqueda de la cuarta dimensión
“Imaginaos que os entra una gran curiosidad por conocer uno de esos juguetes de cuerda con los que os entreteníais en la infancia. ¿Qué hacéis? Os vais a una mesa y con mucha paciencia vais abriendo el juguete, desmontando sus piezas y poniéndolas encima de la mesa. Quizás ya no podáis volver a armarlo, pero habréis obtenido una visión más completa de cómo eran las entrañas del artefacto que antes de haberlo abierto. Por tanto, habréis analizado el juguete por fuera, por dentro y con detalle, respecto a cada uno de sus elementos compositivos. Ese mismo interés está en la base de la pintura cubista”.
Hasta la aparición del cubismo, el cuadro, la obra pictórica, disponía de dos dimensiones, el largo y el ancho, aportadas por el propio soporte; el pintor añadía una tercera, la profundidad, empleando para ello la perspectiva. El cubismo rompe con esta idea de las tres dimensiones y se lanza a la búsqueda de la cuarta dimensión, la dimensión imposible, aquella que permitiría ver una figura en su globalidad. Para ello, elimina la perspectiva e introduce la multiplicidad de planos, de manera que el espectador tenga varias visiones simultáneas de la figura representada, que a veces puede alcanzar hasta su mismo interior, obligando a nuestro cerebro a esforzarse para comprender cómo está organizada la composición. El cubismo es una titánica reflexión intelectual y visual sobre la forma; mediante un ejercicio intelectual el artista reduce las formas de la naturaleza a pura geometría, presentando simultáneamente al espectador el objeto bajo diversos puntos de vista. Pese al aspecto de algunos cuadros cubistas la forma siempre fue respetada, no cruzando nunca el umbral de lo abstracto.
Los pintores cubistas recurren además a geometrizar la representación, fruto de la descomposición en planos diversos, y por lo general, emplean una paleta de colores apagados, en los que grises, blancos y negros juegan un papel fundamental; nada de los colores vivos del fauvismo.
Por otra parte, los temas suelen tener un carácter tradicional: personajes, naturalezas muertas, algunos paisajes. los elementos que se disponen de modo caótico sobre la mesa de un café. Y, con mucha frecuencia, objetos musicales.
Tradicionalmente se vincula el nacimiento del cubismo con la obra de Pablo Picasso, "las señoritas de Avinyó" realizada en 1907, pero haríamos mal en relacionar esta vanguardia artística únicamente con Picasso. Por la misma época también está experimentando en una dirección próxima al cubismo el artista Georges Braque (1882-1963).
Picasso abordó la forma cubista en términos tridimensionales, partiendo de la escultura africana e ibérica, mientras que Braque por su parte le aportó un enfoque más poético, creando para el cubismo un nuevo concepto del espacio pictórico en el que las figuras de Picasso fueron el complemento perfecto.
El cubismo de Braque y Picasso se desarrollará en paralelo hasta la guerra de 1914, ambos tratando de mantener el equilibrio entre figuración y abstracción aunque sus procedimientos y procesos de creación fueron distintos.
Se pueden distinguir diversas fases en el desarrollo del cubismo. Después del momento inicial, hacia 1910-1911 se define el llamado cubismo analítico, el más críptico de todos, donde forma y fondo se entremezclan, se confunden. Es este período el sujeto del cuadro se estructura geométricamente, el problema de la modulación se resuelve más que con el color, con la luz y la sombra.
Le sigue el cubismo sintético (a partir de finales de 1910), en el que se hacen predominantes algunos elementos utilizados en el período anterior como los instrumentos musicales, los trozos de texto o palabras, texturas de madera y, en general, se desarrolla el collage como técnica pictórica totalmente nueva. Picasso es el inventor del collage (incorporación a la superficie del cuadro de materiales no pictóricos, recogidos del entorno cotidiano) y Braque del papier collé (aplicación de tiras de papel a la superficie de la pintura). En este periodo el objeto ya no "...aparece desmembrado en el cubismo sintético, sino reconstituido en su fisonomía esencial...", con todas o algunas de sus partes vistas por todos sus lados.
El comienzo de la Primera Guerra Mundial fracciona el cubismo, que seguirá subsistiendo en experiencias como el purismo, la Section d'Or o el constructivismo ruso. El cubismo de este período, también denominado clásico, aunque fue antinaturalista, siempre fue figurativo con intenciones realistas. Esto se comprueba por la propia iconografía que quedó establecida desde el principio y que nunca se modificó Después de la guerra, Braque desarrolló una iconografía personal, de exquisito buen gusto que hizo que fuera llamado pintor entre los pintores. La evolución de Picasso después de la guerra es más diversificada, pasando por los períodos rococó y neoclásico, sólo retomando el cubismo en los bodegones de 1924.
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