(Nota publicada en el suplemento Moda y Belleza del diario la Voz del interior. Mayo 2014)
Cuando en 1989 se abrió la primera carrera de diseño
de indumentaria en nuestro país en la Facultad de Arquitectura Diseño y
Urbanismo UBA, apenas hubo 150 inscriptos. Desde aquel entonces, a la luz del crecimiento económico del sector y el desarrollo
de una cultura de consumo de diseño, se
ha producido un fuerte incremento en la matrícula de esa institución, y en la de cientos de espacios de formación en
diseño de indumentaria que se distribuyen
en todo el país, incluyendo por supuesto nuestra ciudad.
En Córdoba hoy conviven ofertas educativas de universidades
privadas y públicas, terciarios con orientaciones diversas y múltiples espacios donde se dictan cursos cortos
vinculados al oficio, la práctica y la reflexión en torno a la indumentaria. Pero,
¿cómo es la inserción laboral de todos
estos nuevos profesionales? ¿Cuáles son las opciones disponibles? ¿Existen
oportunidades para todos?
Un mundo de posibilidades
Un diseñador de indumentaria es un
profesional capaz de dirigir proyectos dentro
de este ámbito, desde su planificación
hasta su concreción y comunicación, pasando por todas las etapas. Está preparado para la realización de diseños innovadores y con alto nivel estético, pero también
para responder a las necesidades del
mercado, teniendo en cuenta criterios
económicos y productivos. En tal sentido,
los posibles espacios de inserción para
un diseñador son bastante más amplios de lo que en principio se cree, pudiendo desempeñar tareas tales como: diseñar colecciones de indumentaria, accesorios
o calzado (de la categoría autor, producto o experimental y para distintos usuarios, hombres mujeres, o niños); diseñar uniformes para empresa y comercios o crear vestuarios para teatro, cine, televisión.
También puede dirigir instancias de producción de indumentaria (moldería,
estampados, coordinación de talleres), desarrollarse en el ámbito académico y
trabajar como docente o periodista especializado. El análisis de tendencias, la planificación de desfiles o producciones de
moda y el vidrierismo, son otras áreas
donde los diseñadores de indumentaria pueden trabajar.
Los trayectos a recorrer una vez terminados los
estudios, también son múltiples. Una
alternativa es comenzar una carrera profesional insertándose en una empresa ya
existente del mercado. Hasta hace unos años se contrataban arquitectos o diseñadores industriales, hoy se buscan profesionales más especializados
en el rubro, tal como manifiesta
Mercedes García Sogo, diseñadora gerente
en Cirsha Intima y trabajó en marcas locales como como Silenzio, Pandy
y Af y en Bs As para Kostume y
Soh. “Las empresas más grandes han
empezado a entender la importancia de
tener un diseñador y de los beneficios que eso acarrea en cuanto a imagen y
calidad de producto”
Uno de las estrategias que facilita la llegada de los
estudiantes a las empresas son los sistemas de pasantía, que permiten ganar
experiencia y luego quedar efectivos. Claudia Serrot, docente de la asignatura práctica
profesional en la Escuela de Comunicación y Diseño La Metro, destaca este punto
como un elemento fundamental para subsanar ciertas deficiencias que históricamente
han presentado los proyectos educativos “A
veces los espacios de formación priorizan proyectos interesantes desde lo proyectual por sobre lo "comercial". Creo que esta es una
falencia típica de Escuelas y Universidades. Nosotros, desde nuestra
Institución, estamos trabajando en la realización de Pasantías en marcas
locales”
Por su parte, Mariana Zapata directora y coordinadora
de EBA Córdoba agrega "a nuestros
alumnos les enseñamos a trabajar, en un clima de formación
multidisciplinario con prácticas cruzadas de otros compañeros tal
cual pasa en el mercado laboral real ,hoy un profesional debe reconocer a todos
los profesionales de su área para aprender a trabajar en equipo”.
Sin embargo, tal como cuenta Virginia Borri responsable de diseño en la marca Suha “En Córdoba por lo general las empresas tienen un solo diseñador que realiza múltiples tareas, y hay estructuras familiares fuertes por lo que quienes realizan el diseño han
aprendido por oficio. Eso es un
impedimento para los diseñadores, ya que
no se abren puertas fácilmente.” Por
otro lado, el número de empresas cordobesas que incorporan diseñadores, no
crece al mismo ritmo que la cantidad de egresados, lo cual conduce a buscar
otras estrategias y formas de insertarse laboralmente.
Si hay ganas, también
hay futuro
Los diseñadores no solo pueden trabajar en un mercado ya existente, más aún
pueden pensar en proyectos de carácter
personal, que supongan alternativas nuevas y diferentes. En nuestra ciudad, muchos egresados han
optado por desarrollar sus propios
emprendimientos, conformando en la
actualidad un nutrido grupo de empresas de moda emergentes. Tal como expresa
Laura Zaenz creadora de la marca Felicity Urban “Yo siempre tuve las ganas y el deseo de emprender, por lo que no tuve
que atravesar la etapa de buscar trabajo como diseñadora en Córdoba”. El círculo comenzará a cerrarse cuando sean
estos mismo emprendedores quienes en un
futuro no muy lejano, contraten a nuevos
diseñadores para acompañarlos en sus proyectos.
Es importante que el reciente egresado entienda que no hay que confundir el trabajo que reclama el mercado, con lo que efectivamente se puede
generar. Los futuros diseñadores de indumentaria de Córdoba deben
estar preparados y dispuestos para
insertarse en el mercado, pero antes que nada,
deben explorar el amplio campo de acción de esta disciplina.
Como
prepararse
“En cuanto a la
inserción laboral mi consejo es que antes de recibirse, ya intente trabajar
como asistente en alguna marca o de algún diseñador, es la única manera de
aprender la parte práctica. ver todos los pasos de la producción en vivo, desde
la compra de materiales a la distribución y venta. En un CV lo que se fijan los
empleadores es la experiencia que se tenga en puestos similares.”
Florencia Muzi. Diseñadora de la marca de trajes de baño Calypsonia. Se desempeñó en Akiabara, como encargada del área de diseño de
plano de mujer de confección nacional y en importantes empresas textiles.
“Para los que quieren
emprender, les recomiendo armarse de ánimo y fuerzas. Porque al principio,
cuando un proyecto nace, hay mucha euforia, ganas, ansiedad y energía. Pero
después, cuando uno empieza a transitar el camino y a interactuar con
proveedores, colegas y clientes, siempre surgen piedritas en el camino. Hay que
estar preparado para saber que de eso se aprende.”
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