Channel primavera verano 2015: feminismo femenino o feminismos diluído?




Las imágenes del reciente  desfile de  Channel  se reproducen en la red. Atrás quedo el supermercado y ahora el Grand Palais se transformó en un bulevar de París, donde se representa una escena  histórica de la vida francesa: la manifestación y la reivindicación política.
Pero a no entusiasmarse, solo de eso se trata, de un teatro, de una nueva puesta en escena de  Karl Lagerfeld, porque como alguna vez el mismo dijo, "Todo lo que digo es una broma. Yo mismo soy una broma ".  
Sin embargo la historia de Chanel comienza mucho antes de la llegada del diseñador alemán en los años 80. A comienzo de Siglo XX, cuando el estilo dominante, imponía prendas restrictivas y adornos inmovilizantes, la aparición en escena de la casa, supuso un quiebre en la historia del vestir femenino.
No se trató simplemente de liberar a la mujer del corset, los encargados de esta tarea habían sido ya Mariano  Fortuny y Poul Poiret.;  si no de  cuestionar el corsé mental que aprisionaba a las mujeres de la época y enfrentarse a la sensación de pesadez y cierta pereza espiritual e intelectual que  las mantenía a merced de los hombres. Gabrielle no ofrecía  solo prendas,  sino  que vendía un nuevo estilo de vida, que suponía libertad y oportunidades.  
Unido a este espíritu se creó un  inconfundible y perdurable estilo. Una nueva silueta, y la incorporación de materiales y tipologías provenientes del mundo masculino,  ofrecerían a la moda femenina comodidad y elegancia.
De la mano de Karl Lagerfeld estos principios estéticos han sido a lo largo de los años, re visionados y actualizados,  sin perder su esencia. La incorporación y legitimación de la zapatilla deportiva en uno de sus últimos desfiles, puede interpretarse tal vez como un ejemplo de ello. 
Sin embargo en  relación a  los valores y principios  más profundos sobre los cuales se fundó la  marca, hoy todo resulta diluido y demasiado “glamourizado”. Obviamente dominan los  principios del marketing y la publicidad,  quedando poco de  genuinos compromisos con las cuestiones de genero. Una pasarela que simula una protesta feminista,  reclamos en prolijas pancartas, frases del tipo “haz la moda y no la guerra” ¿?!   todo ello en un desfile exclusivo para los popes de la industria de la moda, lejos están de ser reivindicaciones   de género, con valor, argumento y coherencia, porque no hay que olvidar que fue el mismo Karl  quien expreso públicamente que "Son las mamás gordas que se sientan frente al televisor con sus bolsas de patatas fritas  las que dicen que las modelos delgadas son feas... Nadie quiere ver mujeres gordas".

El diseño de indumentaria puede, ( y yo creo debe)  ser un espacio desde donde cuestionar y transformar  la sociedad, desde donde discutir estereotipos y sistemas que se nos imponen. Hay múltiples ejemplos de que esto es posible. El último desfile de Karl Lagerfeld  no  es uno de ellos, por el contrario  resulta un gesto que  vacía de sentido la lucha de muchas mujeres en el mundo, e  inclusive de la propia Gabriel. 






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