Nota publicada en la Revista Bella .
Marzo 2011
Por Coti Cubas
¿El fin de las tendencias?
En
reiteradas ocasiones, cuando algún desconocido se entera que trabajo en la
industria de la moda, la pregunta obligada se repite: ¿y qué se viene para esta
temporada? Año tras año me doy cuenta que responderla se me hace más difícil.
Si
pienso en el próximo invierno, lo primero que podría contarles es que en las
pasarelas y las tiendas se ve una fuerte vuelta al pasado, “el eterno
retorno de lo nuevo”, aunque esta a vez hacia múltiples décadas. Se impone
tanto la elegancia funcional y masculina de los años ‘70, como el estilo
sensual y femenino de los ‘50, e incluso reaparece el minimalismo de los ‘90, en
la sastrería de líneas depuradas y colores planos.
La
paleta de la temporada, podría arriesgarse, está dominada por el beige, pero
las propuestas de las diversas marcas están llenas de rojos, blancos, negros e
inclusive el dorado. Algo similar ocurre con los materiales, ya que si bien se anuncia
una primacía de los brocados y el terciopelo, el cuero, el denim, las pieles y los tejidos rústicos asoman con fuerza.
Las
faldas, prendas clave para la temporada estival,
se alargan a media pierna, debajo de la rodilla, o directamente hasta el suelo
y las encontramos en forma de "A", lápiz o campana; pero como si eso
fuera poco el mini vestido y el short también se imponen como referentes del
invierno.
Micro-tendencias
Todo
parece ser válido y podría arriesgarse que para este invierno la tendencia es
que hay múltiples tendencias. Si bien la moda supone un cambio periódico y una
renovación constante de vestimentas, la lista de prendas y estilos “en boga” para una misma temporada resultan al
menos extensa.
Pero
este no es un fenómeno nuevo y tampoco desconocido por quienes dirigen la
industria textil a nivel global. JC
Report, una prestigiosa publicación del rubro,
publicó una serie de artículos titulados “La
muerte de la moda”, en donde plantea que cada temporada resulta más difícil
precisar una sola idea rectora o dominante en cuanto a estilo se refiere, ya
que los diseñadores se están enfocando cada vez más en su propia visión, más
allá de las tendencias pasajeras; construyendo de este modo verdaderas
identidades de marca.
Es
por ello, según JC Report, que la
industria de la moda asiste al proceso de sustitución de las macro-tendencias
de temporada por la imposición de múltiples micro-tendencias.
La
hora del consumidor
Asimismo,
no sólo desde los polos de producción se está contribuyendo a la multiplicación
de las tendencias. Un nuevo tipo de consumidor parece erigirse a la luz de la
sociedad global e hiper-comunicada. Sujetos más independientes y racionales,
que no buscan la repetición exacta de cada look
que les proponen, si no que se centran en la mezcla y la reinterpretación de
estos elementos para crear nuevos estilos, que luego son puestos en circulación
en la red, convirtiéndose ellos mismo en creadores de tendencias.
Más
allá de que este fenómeno ya es una realidad en las grandes capitales del
mundo, en Córdoba aún me parece extremo pensar en la posibilidad de la
muerte de las tendencias. Para
empezar, la oferta de tiendas dista de ser tan variada como en las grandes
capitales del mundo y la mayoría de los consumidores nos vemos “sometidos” a lo
que unos pocos ponen en circulación. Pero también porque en cuanto a nuestro
potencial como creadores de micro tendencias, el proceso aún es incipiente. El
desafío comienza por escucharnos a
nosotros mismos, estar atentos a las necesidades de nuestro propio cuerpo,
contexto, gustos y no temer desechar las modas que no nos identifican ni están
pensadas para nuestra edad o silueta. Tal vez así desde la industria empezarán
a reconocer la diversidad de voces y podremos asistir a la conformación de una
moda más democrática en donde todos podamos participar como creadores y
referentes.
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